Lo primero que recordamos de una marca es su nombre. Cuando nos presentamos a alguien lo hacemos primero con nuestro nombre. Una de las primeras decisiones que se toman a la hora de crear una empresa, una marca, un evento, una entidad es cómo la vamos a llamar.

Es por todo esto por lo que la decisión no debería tomarse a la ligera. Hay que tener en consideración multitud de aspectos como el ámbito de acción de nuestra marca, a qué mercados irá destinada, a qué público, etc. Igualmente, hay que analizar diferentes posibilidades a la hora de la toma de decisión: ¿Hay disponibilidad de dominios web con nuestro nuevo nombre? ¿Existen marcas similares? ¿Lleva a algún tipo de confusión el uso de ese nombre que tanto nos gusta? ¿Nos limita en caso de ampliar nuestra cartera de servicios o nuestros productos?

Si elegimos un buen nombre, estaremos en ventaja frente a la competencia. Un buen nombre es un reclamo en sí mismo y aporta múltiples ventajas al branding y a las acciones de marketing.

Creamos nombres viables y perdurables en base a una intensa labor de consultoría y análisis. Ofrecemos un servicio a medida, con criterio, sin automatismos ni procedimientos aleatorios.